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DIORAMAS VIVIENTES Y AGONIZANTES
(el performance como una estrategia de "antropología inversa")

Guillermo Gómez-Peña
1999


Introducción
Mi trabajo acontece en un espacio cultural intermedio; en una zona conceptual fronteriza que se ubica entre el sur y el norte; entre Latino y Anglo America; entre el español y el inglés; entre el pasado precolombino y el futuro digital. También soy cruzador de fronteras de oficio. Mi obra artística oscila entre varios territorios: el performance, la instalación, el video, la radio, la anti-poesía en espanglish, la teoría y, más reciéntemente, el llamado arte digital. En esta texto me voy a ocupar de un solo aspecto de mi obra: el performance que acontece dentro de una instalación y en contextos preñados de implicaciones políticas e históricas.


Durante la última década he estado experimentando con el formato colonial del "diorama". Mis colaboradores y yo elaboramos "dioramas vivientes"(y agonizantes) que parodian y subvierten ciertas prácticas de representación que se originaron en la época colonial, incluyendo a los tableaux vivants etnográficos como los que se encuentran en los museos de Historia Natural y de Antropología, los freak shows o monstruos de feria, las curio shops o tiendas de curiosidades fronterizas y las porno-vitrinas.


Emulando estos formatos de representación, mis colaboradores y yo nos exhibimos a nosotros mismos como artefactos humanos exóticos: a veces re-presentamos meros "especímenes" etnográficos, digamos, miembros de una tribu ficticia en vías de extinción. Otras veces adoptamos identidades híbridas sugeridas por el mismo público lo cual nos convierte en Frankensteins multiculturales o incluso en "etno-ciborgs" co-creados en colaboracion con usuarios anónimos del Internet. En este sentido intentamos llevar a la práctica en nuestro laboratorio de experimentación interdisciplinaria lo que el antropólogo mexicano Roger Bartra ha llamado "la construcción del salvaje artificial," esa criatura mitológica que el norte necesita demonizar para racionalizar asi su ethos colonizador.


Estas instalaciones-performance funcionan tanto como escenografías para un teatro de las patologias culturales de la globalización, como un espacio ceremonial sui generis donde el espectador/participante —principalmente el europeo y el anglosajón— puede meditar sobre su propio racismo hacia las culturas subalternas. Es decir, se trata de articular, visualizar y antropomorfizar a los monstruos que el público mismo proyecta al intentar comprender o simplemente gozar otra cultura, en nuestro caso, la mexicana y la chicana.

I
La Pareja Enjaulada:
Mi primer performance utilizando el formato del "diorama", se tituló The Guatinaui World Tour (la Gira Mundial Guatinaui). En 1992, mientras acontecían los acalorados debates sobre el Quinto Centenario, la escritora neoyorquina Coco Fusco y yo decidimos recordarle a los norteamericanos y a los europeos lo que en aquel entonces, nosotros llamamos, "la otra historia del performance intercultural"; o sea, las infames exhibiciones pseudo-etnográficas de seres humanos que fueron tan populares en Europa y los Estados Unidos desde el siglo XVII hasta principios del XX. En todos los casos la premisa era la misma: los "primitivos auténticos" eran exhibidos contra su voluntad como especímenes míticos o "científicos", tanto en contextos populistas(tabernas, jardines, salones y ferias), como en museos de Etnografía y de Historia Natural. Junto a estos "especímenes" humanos había frecuentemente un mostrario de la supuesta flora y fauna del lugar de orígen. Los "salvajes" eran obligados a vestir trajes y utilizar artefactos rituales diseñados por el propio empresario.


Estas prácticas siniestras contribuyeron en gran medida a darle forma a las disparadísimas mitologías europeas sobre los habitantes del Nuevo Mundo. Lamentablemente, muchas de estas percepciones deformadas, aún estan presenten en los medios masivos estadounidenses y en las representaciones populares de la otredad cultural latinoamericana (verbigracia: el emigrante indocumentado como el nuevo caníbal del capitalismo avanzado).


La meta-ficción de "La gira mundial guatinaui" era la siguiente: Coco Fusco y yo fuimos exhibidos en una jaula metálica durante períodos de tres días como "Amerindios aún no descubiertos", provenientes de la isla ficticia de Guatinaui (espanglishización de what now). Yo estaba vestido como un luchador azteca de Las Vegas, una suerte de "supermojado" extraido de un comic book chicano, y Coco como una Taina natural de la Isla de Gilligan. Los "guías" del museo nos daban de comer directamente en la boca, y nos conducían al baño atados con correas para perro. Unas placas taxonómicas expuestas al lado de la jaula describían nuestros trajes y características físicas y culturales en lenguaje académico.


Además de ejecutar "rituales auténticos," escribíamos en una computadora lap-top (o sea, nos e-maileabamos con el chamán de la tribu), veíamos atónitos videos de nuestra tierra natal, escuchábamos rap y rock en español en un estéreo portátil, y estudiábamos detenidamente (con binoculares) el comportamiento del público que muy a su pesar se convertía en turista y voyeur. A cambio de una módica donación, ejecutabamos "auténticas" danzas Guatinaui y cantábamos o relatábamos historias en nuestro idioma Guatinaui, una suerte de esperanto muy locochón inventado por mi. A los visitantes se les permitia tomarse una foto de recuerdo con los primitivos. Para la Bienal del Museo Whitney agregamos una actividad al menú: por cinco dólares los espectadores podían "ver los genitales del especímen macho"... y los pesudos patrocinadores de la Bienal cayeron redonditos.


La gira duró un año y medio. Entre otros lugares estuvimos en la Plaza de Colón en Madrid, la plaza de Covent Gardens en Londres, el Smithsonian Institution en Washington, The Field Museum de Chicago, el Museo Whitney de Nueva York, el Museo Australiano de Sydney y la Fundación Banco Patricios en Buenos Aires. Conforme nos desplazábamos de un lugar a otro, el performance se hacía más estilizado, minimalista y simbólico, pero la reacción del público se mantuvo bastante consistente: sin importar el pais, más del 40 por ciento de nuestro público ( en su primera visita) creyó que la exhibición era "real", que realmente éramos una pareja de indígenas recién descubiertos, sin sentirse obligado a hacer nada al respecto. Nadie intentó liberarnos de la prisión perceptual que, epistemológica o realmente, padecíamos. Nadie protestó o llevo a cabo acciones extremas. La única excepción sucedió en Buenos Aires, donde un misterioso psicópata escondido en una gabardina al estilo de boogie el aceitoso, me arrojó ácido al estómago y las piernas durante el performance, y luego se dió a la fuga.1


En varias ocasiones un proyecto paralelo acompañó a la "Gira Mundial Guatinaui". Era una instalación titulada "El año del oso blanco". En este proyecto Coco Fusco y yo hicimos una parodia de las grandes exhibiciones "multiculturales" itinerantes de principios de los 90, revelando sus contradicciones políticas inherentes, mediante la yuxtaposición violenta, aunque cómica, de arte precolombino y colonial verdadero, con ejemplos de arte turístico y de obra conceptual contemporánea. La premisa epistemológica era: asumir un centro ficticio, y empujar a la cultura Anglo-sajona dominante hacia los márgenes. Tratarla como exótica; "des-familiarizarla," para asi convertirla en un objeto de estudio antropológico. Como parte de este gran proyecto itinerante, recreamos "una excavación arqueológica que muestra el campamento de unos turistas gringos, luego de ser linchados por los enfurecidos habitantes del lugar...somewhere in Michoacán, México." También reconstuimos el supuesto "cuarto de un coleccionista inglés", medio perverso, con su "colección clandestina de objetos indígenas robados" que revelaban sus fantasías sexuales interraciales. Las cédulas de museo en lenguaje académico simulado revelaban importante información sobre la forma en que los objetos fueron encontrados, así como sobre las implicaciones políticas de "nombrar" o "representar" otras culturas, que supuestamente no forman parte del mentado "centro". (Debemos recordar que, para los Estados Unidos, South of the Border, no forma parte de Occidente. Por cierto, en este extraño imaginario, la cultura chicana también se ubica South of the Border).


II
El Frankenstein Multicultural en el Mall:
Mi última colaboración con Coco Fusco consistió en una serie de performances titulada "Mexarcane International (Talento étnico para exportación, 1994-95)". Luego de ser aprobado el TLC2 entre México, EUA y Canada, el impacto de la desaforada globalización económica y cultural se volvió tema central en la obra de muchos artista chicanos. Mis colaboradores y yo inventamos "una corporación multinacional post-TLC, dedicada a la venta, el alquiler y la distribución a nivel internacional de talento étnico y productos multiculturales para consumo global". O sea que nosotros mismos decidimos ponernos en alquiler como "artistas exóticos tercermundistas."

Decidimos ubicar nuestra corporación en malls, o centros comerciales (que en E.U y algunos países del norte de Europa cumplen la función de plazas públicas o zócalos), colocando nuestro stand y oficina temporal en un lugar muy visible dentro del mall. Parecía una oficina de James Bond, diseñada por National Geographic. Una mampara, con textos en lenguaje corporativo e imágenes de nativos rozagantes de todo el mundo, se hallaba detrás del escritorio donde estaba sentada Coco. A unos diez metros de distancia, frente a ella, estaba mi jaula.


Por períodos de tres días, de cuatro a seis horas diarias, me exhibí dentro de una pequeña jaula de bambú como un "frankenstein multicultural" diseñado por Benneton o The Banana Republic. Cada detalle de mi traje provenía de una cultura distinta de las Américas. Yo era, pués, "un ejemplo vivo de los productos de Mexarcane para exportación", y los visitantes podían "activarme" para así experimentar personalmente mis "increíbles talentos étnicos". Mis "demostraciones en vivo" incluían(cito del libreto original): realizar comerciales de champú de chile y otros productos "orgánicos" para ecoturistas; modelar atuendos tribales con la esperanza de ser contratado para un video-rock o al menos para salir en la portada del último álbum de Sting; posar en actitud de martirio, desesperación e indigencia para fotógrafos alemanes; realizar rituales chamánicos "para amas de casa espiritualmente desubicadas" , y anunciar "los sorprendentes condones precolombinos" utilizando un falo de barro para mostrar la manera correcta de colocar el condón.
Durante dichas demostraciones, Coco Fusco, vestida como la novia azteca del Dr. Spock, realizaba entrevistas y encuestas con el objetivo de determinar los "deseos étnicos" del público. Después de cada entrevista, ella decidía cuál era la "demostración" adecuada para un consumidor en particular, a quien se le pedía acercarse al hiperindio, servidor, para que yo representara sus deseos culturales. Por cierto, en Canadá, como unas 10 gentes intentaron alquilarme en serio. Una señora incluso me ofreció 2 mil dólares por todo un fin de semana, pero como dicen en Mexico, le saque al parche.


Este proyecto fue estrenado en el National Review of Live Arts en la ciudad escocesa de Glasgow y luego lo llevamos a varios centros comerciales: el Dufferin Mall de Toronto, y Whiteley's de Londres, entre otros.


III
"Encuentro del Shame-Man con El Mexican't en el Motel y Campo de Golf Smithsoniano"
Conozco al artista conceptual James Luna, nativo americano, desde mediados de los ochenta, y a pesar de las diferencias estilísticas que existen entre nuestra obra, tenemos las mismas preocupaciones tematicas: ambos criticamos la forma en que las identidades son representadas por las instituciones culturales dominantes y mercantilizadas por la cultura popular, el turismo y los movimientos new age de autoconciencia. Ambos, también, utilizamos el humor como estrategia subversiva. Desde 1992 hasta la fecha hemos estado colaborando en un proyecto anual titulado "The Shame-man meets El Mexican’t." Recordando uno de estos proyectos, cito directamente de mi diario.


"Es viernes por la mañana. Luna y yo compartimos un diorama en el Museo Smithsoniano de Historia Natural. Yo estoy sentado en un excusado vestido de mariachi con una camisa de fuerza y un letrero colgado al cuello que dice: "En este cuerpo hubo una vez un mexicano". Intento, inutilmente, quitarme la camisa de fuerza para "performar"; entretener" o "educar" a mi público. Fracaso. James se pasea de un lado al otro del diorama transformándose en distintos personajes. A veces es un "limpiabotas indio" que se ofrece a pulirle los zapatos al público. Otras se convierte en un "indio diabético" y se inyecta insulina en el estómago.( La diabetis es un problema muy serio en las reservaciones indígenas de los E.U). Después se transforma en un conserje de color (como la mayoría de los conserjes de éste y otros museos norteamericanos) y pasa una aspiradora por el suelo del diorama. Cientos de visitantes se reúnen en torno nuestro. Están tristes, muy tristes, y perplejos. Al lado nuestro, los "verdaderos" dioramas indios parecen provenir de un mundo mudo fuera de la historia y las crisis sociales, y, extrañamente, al estar al lado nuestro parecen menos "auténticos". Visiblemente nerviosos, los curadores del museo se cercioran de que el público entienda que "esto es sólo un performance. Gómez-Peña y Luna son conocidos internacionalmente por sus aventuras anti-institucionales. Don`t worry."


IV
El Proyecto de la "Cruxi-Ficción"
En los últimos cinco años mi principal colaborador ha sido el artista chicano Roberto Sifuentes. Dos fronteras importantes nos separan: una cultural y otra generacional. El es un chicano (mexicano nacido en los EU) en proceso de mexicanización; yo, un mexicano en proceso de chicanización. El es once años menor que yo. Estas fronteras se han convertido en la materia prima de nuestras investigaciones performancísticas.


A principios del 94, Roberto y yo nos crucificamos en cruces de madera de 5 por 4 metros en Rodeo Beach (frente al puente Golden Gate de San Francisco). Este tableau vivant fue diseñado especialmente para los medios de comunicación masiva como una protesta simbólica contra las políticas antiinmigrantes y antimexicanas del ex-gobernador del estado de California, Pete Wilson. Inspirados en el mito bíblico de Dimas y Gestas, Roberto y yo decidimos vestirnos como "los dos enemigos públicos de California": yo era un "bandido" indocumentado, crucificado por "la migra" (el Servicio de Inmigración y Naturalización), y Roberto era un "pandillero" chicano crucificado por el Departamento de Policía de Los Angeles.


Los más de 300 asistentes al evento recibieron un volante pidiendoles que "nos liberaran de nuestro martirio como muestra de su compromiso político con la causa de los inmigrantes." Pensamos ingenuamente que les tomaría de 45 minutos a una hora para encontrar la manera de bajarnos de la cruz sin una escalera. Fue un error de cálculo garrafal. Perplejo y paralizado por la melancólía de la imagen, el público tardó más de tres horas en hallar la manera de bajarnos. Para entonces mi hombro derecho se había dislocado y Roberto estaba ya sin sentido. Luego, algunos colegas y miembros del público nos cargaron hasta una fogata cercana. Poco a poco, con agua y masaje, nos ayudaron a recuperar el conocimiento, mientras un grupo de racistas gritaba: "¡Déjenlos morir!" Parecía la extraña repetición de una escena bíblica.


Los medios de información circularon rápidamente fotografías del evento y en cuestión de horas se convirtió en noticia internacional. La imágen apareció en varias publicaciones como Cambio 16 (España), Der Spiegel (Alemania), Reforma y La Jornada (México), y varios periódicos y revistas de arte de Estados Unidos. Incluso en las cadenas de televisión norteamericanas ABC y NBC la obra fue reportada como hecho político y no como un acto cultural simbólico, lo cual a mí me encantó.


V
Piratas mediáticos y tele-bandidos
En la noche del día de gracias de 1995, los noticieros vespertinos estadounidenses fueron abruptamente interrumpidos por dos "piratas." Mas de cinco millones de televidentes eran testigos de una curiosa trasmisión que no aparecía en la programación regular por Cable. Los "tele-bandidos" transmitian directamente desde su "vato-bunker", cito, "ubicado entre Mexa York, Miami y Lost Angeles." En realidad, lo que los desconcertados televidentes veían era un experimento de televisión interactiva multilingue por via satélite.


Con la ayuda de un grupo de cineastas del Instituto Politécnico Rennselear de Nueva York, Roberto y yo transmitimos un simulacro de intervención pirata a cientos de estaciones de cable, en todo E.UA. Los preparativos para esta aventura performancistica duraron seis meses. Durante este tiempo logramos convencer a 400 directores de programación que bajaran la señal de nuestro programa y lo transmitieran sin anunciarlo.


Durante hora y media los "tele-bandidos" le pedimos a los espectadores que respondieran a nuestras imágenes y textos llamando directamente al teléfono del bunker. La estetica de nuestro bunker/diorama era una combinacion volatil de ingredientes visuales que apelaban a los temores culturales mas profundos de los anglosajones. Entre otras cosas incluia, objetos de brujeria, e iconografia de las pandillas chicanas, la lucha libre y el zapatismo. El contenido del programa era una combinacion sui generis de politica radical y material autobiografico; de imágenes simbólicas y viñetas humoristicas; de "lecciones de español para gringos xenófobos" y parodias de formatos tradicionales de la TV anglosajona. El estilo era muy MTV, con cinco camaras operadas manualmente en constante movimiento. También hicimos demostraciones de "la sorprendente máquina de realidad virtual chicana" y de un casco de realidad virtual en forma de paliacate cholo atado a un tecno-guante por una reata. Con ayuda de esta novedosa tecnologia los anglosajones "podian experimentar el racismo en carne propia." A traves de video-telefonos, recibimos reportes en vivo de otros piratas ubicados en Los Angeles y Chicago. Hablamos en español, espanglish, inglés y pseudo-náhuatl. Recibimos cientos de telefonazos y mensajes electronicos del público, y rompimos muchas leyes de la FCC.


Al finalizar la transmisión, Roberto y yo teníamos miedo de las posibles repercusiones legales. Pero en lugar de la temida visita de los inspectores del departamento de telecomunicaciones, nuestro proyecto tuvo tanto éxito que recibimos invitaciones para re-trasmitirlo por parte de muchas estaciones de cable que originalmente se habian negado a participar en nuestra aventura. Estabamos atónitos. Que significa re-transmitir con aprobación corporativa un simulacro de intervención pirata? Acaso no es esta la paradoja mortal del mentado "arte radical?"


VI
Santos Vivientes y Pandilleros Sagrados
A principios del año 94, Roberto Sifuentes y yo comenzamos un proyecto muy ambicioso titulado, "El Templo de las Confesiones". En este performance-instalación combinamos el formato del diorama pseudo-etnográfico con el del diorama religioso (como los que se encuentran en las iglesias coloniales de México). Por períodos de 8 horas diarias durante tres días nos exhibimos dentro de vitrinas de plexiglass como "santos finiseculares" vivientes.


En el Templo hay tres áreas principales: la "Capilla de los Deseos", la "Capilla de los Temores" y una especie de cámara mortuoria en el centro. En la "Capilla de los Deseos" Roberto se exhibe como "El vato precolombino", un pandillero sagrado que ejecuta acciones rituales en cámara lenta. Sus brazos y su rostro ostentan tatuajes precolombinos y su playera estilo lowrider está cubierta de sangre y agujeros de bala. Roberto comparte su caja transparente con 50 cucarachas, una iguana viva de más de un metro de largo, y una pequeña mesa cubierta con aparatos tecnológicos inútiles, armas de fuego y substancias sospechosas que simulan droga. Detrás de él se yergue una fachada repujada de festones de un templo precolombino, construida con polietileno.
En el lado opuesto del espacio, en la "Capilla de los Temores," me encuentro yo, sentado en una silla de ruedas. Estoy disfrazado de "San Pocho Aztlaneca", un chamán extraído de una tienda de curiosidades para turistas espirituales. Cientos de grillos vivos pululaban dentro de mi vitrina. Decenas de talismanes tribales y souvenirs indígenas cuelgan de mi atuendo "Tex-Mex-teca". Una mesita ostenta objetos misteriosos que parecen ser de brujería. En el imaginario anglosajón a México siempre se le asocia con la brujería y las practicas rituales indígenas.


En la galería central, los visitantes se topan con una viñeta enigmática: un indio de madera de 1.80m de alto como los de las tiendas de puros en gringolandia y una mujer envuelta en piel de leopardo se lamentan ante un cadáver amortajado que lleva el logotipo del Servicio de Inmigración. En las paredes rojinegras cuelgan pinturas de terciopelo con imágenes de santos híbridos (el pachuco trasvesti, el torero yuppy, el maori lowrider, el guerrero de la gringostroika, y la neoprimitiva). Unas monjas "cholas" con atuendos sadomasoquistas invitan a la gente a encender un cirio y a depositar ofrendas personales. Las monjas, hacen el doble papel de guardianes del Templo y de iconos vivientes. A veces son simplemente imágenes estáticas; otras veces entonan canciones religiosas, lavan las vitrinas con su ropaje, limpian devotamente los zapatos del público o se acercan al público para animarlo a que se "confiese" .


Aquellos visitantes que desean "confesarle" sus temores o deseos interculturales a los "santos vivientes" tienen tres opciones: confesarse a través de micrófonos colocados en los reclinatorios que se encuentran frente a los dioramas (En este caso, sus voces son grabadas y luego alteradas en un estudio de sonido para garantizarles el anonimato). Si son penosos, entonces pueden o bien escribir sus confesiones en una tarjeta y depositarla en una urna, o llamar a un número telefónico, uno ochocientos, sin cobro. Las confesiones más reveladoras son editadas e inmediatamente incorporadas a la pista de sonido de la instalación.


Las "confesiones" suelen ser muy emotivas, íntimas y reveladoras. Hay desde confesiones de violencia extrema y racismo en contra de mexicanos y otra "gente de color," hasta expresiones extremas de ternura y solidaridad inconmensurable con nosotros, los santos, o con la causa que ellos perciben que nosotros representamos. Unos confiesan su culpa o su temor a la invasión demográfica, a las enfermedades tropicales, y a la violación cultural, política o sexual.*3 Otras confesiones son más bien fantasías de aquellos anglosajones que quisieran escapar su identidad y ser mexicanos o indios, y viceversa, de mexicanos o latinoamericanos insatisfechos con su identidad que quisieran ser anglosajones, españoles o simplemente "rubios." También hay incontables descripciones de encuentros sexuales interculturales (reales o imaginarios, pero igualmente reveladores) y una que otra confesion de algun crímen macabro.


Al final del tercer día Roberto y yo salimos de nuestras cajas para ser reemplazados por efigies de cera a escala natural. El Templo permanece como instalación de cuatro a ocho semanas. Durante este tiempo se siguen aceptando confesiones telefónicas y por escrito.


Mis colegas y yo viajamos con este performance por tres años. Durante el ultimo año de gira, creamos una versión "high-tech" del Templo, una suerte de Templo virtual que aceptaba confesiones a través del Internet (www.mexterminator.com). Las transcripciones de las confesiones por teléfono, por Internet, escritas y grabadas, sirvieron de base para varios proyectos: un documental de radio (New American Radio Series), un libro, Mexican Beasts and Living Saints, publicado por la casa editorial neoyorquina powerHouse; y un documental de cine con el mismo título producido por la cadena PBS . Estos proyectos adicionales resultaron ser documentos muy conmovedores sobre el racismo en los E.U.
(nota: al final de este texto aparece una selección de confesiones obtenidas a traves de este proyecto)


VII
"El Curio Shop Cyberpunk en la Frontera Electrónica"
En nuestro siguiente proyecto interdisciplinario mis colegas y yo empezamos a incorporar tecnologías digitales a nuestro trabajo de "dioramas." Creamos una página de Internet para incrementar la naturaleza interactiva del performance. En esta página le pedimos a miles de internautas provenientes de multiples comunidades virtuales que nos confesaran "sus temores y deseos interculturales," sus pecaditos raciales, sus fobias y fetichismos étnicos, y sus opiniones secretas sobre la migración latina a los EU.


Durante cinco días, Roberto Sifuentes, James Luna y yo habitamos una galería rodeados de animales disecados y "artefactos híbridos" de una supuesta "civilización occidental agonizante". Nuestro objetivo era, cito el programa, "crear un puesto de intercambio y una tienda de curiosidades abastecidos por la imaginación de los visitantes al museo y los usuarios del Internet."
El performance funcionaba de la siguiente manera. Cada día, James y yo nos transformábamos ante los visitantes de la galeria en distintos personajes("el Shame-man", "el Zorro posmoderno, "El Aztec High-Tech", "El Cultural Travesti," etc.), mientras Roberto captaba los detalles de estas transformaciones con una videocámara digital que transmitía en directo a la Internet. Roberto estaba disfrazado como CyberVato, un "tecno-pandillero ensimismado en la alta tecnología". Utilizando tecnología de punta in situ, el transmitía diariamente mensajes al World Wide Web. Esta tecnología "conectaba" el performance en vivo a varias estaciones satélite mediante un sistema de video-teleconferencia. Al mismo tiempo, a los usuarios del Internet que visitaban nuestra página se les exortaba a mandarnos sugerencias en forma de imágenes, sonidos y textos "de como deberían vestirse, comportarse y actuar los mexicanos y los indígenas americanos en los 90's". Sus respuestas aparecían en los monitores de la galería, y contribuían a la creación de los personajes que James y yo encarnabamos.


La respuesta a nuestro trabajo de "tecno-performance" fue inmensa. En los dos primeros años recibimos más de 20,000 hits (visitas a nuestra página), según el contador, y un alto porcentaje de estos ciber-visitantes respondió nuestros cuestionarios pseudo-antropológicos.


Porque la gente está tan dispuesta a confesarse en el ciberespacio? Especulo. El anonimato absoluto que ofrece el Internet y la invitación a discutir dolorosos asuntos sobre raza e identidad en un ambiente de seguridad artificial parecen permitir que afloren zonas prohibidas de la psique. En cierto modo, a través de la tecnología digital le permitimos a miles de usuarios del Internet colaborar involuntariamente con nosotros en la creación de una nueva mitología sociocultural de la otredad latinoamericana, dentro y fuera de los EU.
(nota: al final de este texto aparece una selección de confesiones obtenidas por Internet)


VIII
Etno-Ciborgs y mexicanos alterados genéticamente*4
Nuestro proyecto más reciente de "tecno-diorama" se titula "El Mexterminator." En los últimos años hemos presentado varias versiones con distintos títulos en Mexico, Puerto Rico, Estados Unidos, España, Portugal, Italia, Austria, Suecia, Canadá e Inglaterra. En este proyecto, Roberto y yo utilizamos las "confesiones" de nuestro público virtual para crear representaciones visuales y performancísticas del mexicano y el chicano (míticos) de fin de siglo. Es decir, la información textual y visual que diariamente recibimos por Internet se ha convertido en la base para desarrollar una galeria de "etno-cyborgs" co-creados (o más bien co-imaginados) junto con miles de usuarios anónimos de la red. A diferencia de mis anteriores proyectos de dioramas, ahora se trata de cederle nuestra voluntad y otorgarle la libertad conceptual tanto a los usuarios de las red como a los visitantes de la galería, para determinar la naturaleza y el contenido de los "dioramas vivientes." En otras palabras, el público decide cómo debemos vestirnos, qué música escuchar, qué tipo de acciones ritualizadas debemos de realizar y qué tipo de interacción debe darse con el futuro público.


Con ayuda de un equipo de académicos, hemos clasificado y destilado estas "confesiones." Como artistas del performance, nosotros antropomorfizamos esta información, la reinterpretamos y luego se la refractamos al público. En este sentido, nuestros "salvajes artificiales" encarnan los más profundos temores y deseos de los norteamericanos contemporáneos con respecto a los inmigrantes y la llamada equivocadamente "gente de color," y funcionan como una suerte de espejo invertido para que los visitantes observen los reflejos distorcionados de sus propias quimeras psicológicoas, eróticas y culturales.


Ademas de la interaccion virtual, estos performances siempre involucran algún tipo de interacción física(ritualizada) con el público. Los visitantes a este extraño museo de etnografia futurista son invitados a "interactuar con los especímenes" de distintas formas: pueden alimentarnos, tocarnos, apuntarnos con réplicas de armas, usar nuestros accesorios, "alterar nuestra identidad" cambiandonos de maquillaje, peinado y disfraces, e incluso "reemplazarnos por un breve período de tiempo". Cuando es posible, incorporamos un bar en el espacio, para desinhibir al publico.
Paralelamentre al Mexterminator que, en la actualidad, constituye la columna vertebral de mi proyecto artístico, también estoy trabajando en otros territorios como el cine, la radio y la opera rap, donde mis colaboradores y yo manejamos ideas similares.


Que intento hacer con estos proyectos? Mi objetivo conciente, porque hay otros que desconozco, es explorar los espacios mas oscuros de la psique occidental en cuanto a su problematica relación con las llamadas culturas "minoritarias," "tercermundistas", o "subalternas." El reto que nuestro trabajo plantea a las culturas que se autoproclaman de centro es como aceptar su nueva condición multirracial sin sentirse amenazados mortalmente por nosotros. El reto concreto para los EUA es como enfrentar democráticamente sus procesos irreversibles y aceleradisimos de mexicanización y fronterización.


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1. Una descripción de este incidente aparece en mi libro "New World Border" (City Lights, 1996). La pelicula titulada "La pareja en la Jaula" documenta las reacciones del público en los distintos sitios donde se presentó la obra.
2. EL Tratado de Libre Comercio firmado a finales de 1993 por México, Estados Unidos y Canadá. Una descripción mas detallada de este performance aparece en mi libro "Dangerous Border Crossers, Routledge Press, Londres, 2000)
3. Debemos recordarle al lector latinoamericano y europeo que habemos 35 millones de mexicanos, en distintos grados de integración, habitando en los EU; que nuestra presencia en este país tiene más de 150 años de edad y que en ciertos estados como California, Arizona, Nuevo Mexico y Tejas, en pocos años seremos mayoría.
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Confesiones grabadas durante la representación el Templo de las Confesiones:
"Deseo sangre, sangre mexicana en mis labios."
"Mexico me encanta. Me fascina rolar en los cafes al aire libre y observar ruinas incas."
"Cuando llevé a mis dos hijos a Ciudad Juárez sentí mucho miedo al cruzar la frontera. Siendo gueros sobresaliamos de la muchedumbre. Los mendigos nos veian lascivamente y un niñito me jalo el vestido. Fue una pesadilla!"
"Quiero que ustedes los latinos me vean como un partidario de su cultura y no como un vulgar ‘liberal blanco’. Tambien quisiera harcer el amor con una latina apasionada de cuerpo firme...en este preciso momento."
"Quisiera enamorarme de un hispano y ser maltratada por el."
"Vivo con el temor de que un dia unos pandilleros mexicanos se metan a mi casa y violen a mi abuela."
"Yo me temo que estoy casado con una Lorena Bobbit sin saberlo."
"Me muero por una mexicana, pero estoy paralizado de miedo."
"Quisiera convertirme en mujer; en una negra grande y robusta con acento de ghetto."
"Les tengo pavor (a ustedes), pero me encantan!"
"Temo ser golpeado o asesinado simplemente por el color de mi piel."
"Lo que siento al caminar por esta galeria es algo muy confuso. Hay una frontera tenue entre mis miedos y mis deseos."
"Quiero ser mexicana, bueno de hecho lo soy, aunque naci en Chicago, pero no quiero sacrificar los privilegios de mi mundo anglosajon, suburbano y seguro."
"Ya dejen de limpiar sus pistolas con nuestra bandera, pinches espaldas mojadas!."
Confesiones obtenidas por Internet
"Soy chicano, pero los anglosajones me ven como si fuera un extranjero. Nunca tuve este problema hasta que llegaron los mojados. Se la pasan en la esquina tomando, y trabajan por un par de garbanzos. No tienen dignidad."
"Debemos detener la immigracion! Ya estamos hartos de la gente de color. Debemos exigir que todos hablen nuestro idioma nativo, y en este pais es el inglés. Si ellos desean vivir aquí, deben adaptarse a nuestro estilo de vida, o largarse!"
"Si los jornaleros son capaces de burlar a la patrulla fronteriza y entrar ilegalmente a este pais, imaginense lo que los verdaderos criminales y terroristas pueden hacer! Cerremos la frontera de inmediato!"
"Quisiera que un mariachi me rasgara la ropa, que nos bañaramos juntos en salsa de chile ancho; ordenarle que me enrolle en una tortilla y que me coma a mordidas entre tragos de tequila."
"Le quiero pedir respetuosamente al Mexterminator que me haga un strip-tease, a ver que tan macho es."
"Deseo confesarles una fantasia recurrente: un encuentro entre Cortes y Moctezuma en downtown, Los Angeles, mientras arde la ciudad.Cortes sube las escalinatas de un templo azteca. La sangre escurre por los escalones. Hay retazos de cuerpos mutilados por todos lados. En la cima del templo un sacerdote sacrifica a una rubia. Cortes le dice a su segundo en mando: Bueno, debemos ser sensibles a las diferencias culturales."
"Chiste. Como se dice Rodney King en español?...Piñata. Good night fuckers!